viernes, 3 de octubre de 2014

LAS ALPUJARRAS...


Hoy viajamos por una de las zonas más curiosas, desconocidas y misteriosas de España.
Un tinao.

Este fin de semana he aprovechado para pasar un par de días (tiempo más que insuficiente) en esta comarca que une las provincias de Almería y de Granada: LA ALPUJARRA.

En este caso "subimos" a un complejo rural situado próximo a la localidad de Los Bérchules (Granada), localidad conocidísima en medio planeta por su famosa Nochevieja que se celebra en Verano... ¡Estos alpujarreños están locos! 
Hay que tener en cuenta que La Alpujarra abarca varias cordilleras montañosas -Sierra de Gádor, Sierra de la Contraviesa, Sierra de Lújar y, por supuesto, Sierra Nevada- ésta última es donde se encuentra el pico más alto de la Península Ibérica (MULHACEN 3478msm). Bien, pues este complejo rural, llamado El Cercado, se encuentra en la ladera sur de Sierra Nevada, "próximo" al nacimiento del rio más importante de toda esta comarca, el Guadalfeo.
Vistas desde Alcútar, Bérchules hacia el poniente de Almería.

Sin lugar a dudas, La Alpujarra se caracteriza por lo díficil que es llegar a casi cualquiera de sus pueblos. Desde la costa de Almería el principal acceso es la carretera que tomaremos en El Ejido. Pasaremos junto a pueblos alpujarreños como Dalías, Berja o Alcolea (Almería). Una de las "traducciones" de la palabra Alpujarra sería algo así como "la Fortificada", por su terreno agreste, su altitud y el hecho de estar rodeado de las montañas que comentaba antes. Imaginemos como sería la vida y las comunicaciones en la Edad Media, sabiendo que ahora hay dificultades. 
Al llegar a Alcolea nos encontraremos muy cerca del límite entre las provincias de Almería y Granada y comenzaremos a ver desde el camino la imponente Sierra Nevada y esos pequeños pueblecitos blancos salpicados a media altura en sus faldas, ESPECTACULAR!

Tomaremos dirección Ugíjar, uno de los pueblos más importantes y grandes de todas las alpujarras. A estas gentes, curiosamente, se les llaman ulisenses en honor a que se cree que Ulises venía a recoger pepitas de oro al rio Nechite, que cruza por este pueblo. Además encontraremos al cruzarlo bastantes tiendas de ropa para bodas, a día de hoy muchas familias de los alrededores suelen venir a comprar, sobre todo, los vestidos de novia.
Por cierto, la patrona de Las Alpujarras se encuentra aquí, es la Virgen del Martirio. Parece que por el martirio que le hicieron pasar aquellos moriscos "malos". Le hicieron alguna puñeta que otra, pero claro ¡es que ellos eran musulmanes! Las imágenes de vírgenes no eran muy creíbles para ellos que digamos. Ah, y es una virgen muy morena de "piel", con lo que el pueblo gitano de estas tierras le tiene una devoción especial.
Atravesando el pueblo veremos algunas casas palaciegas, testigo de algún tiempo mejor... Algo que se ve también en la zona almeriense, aquellos maravillosos años donde la riqueza la trajo la minería o la uva. Nadie en aquellos entonces se detuvo a pensar en que el tiempo pasa y los yacimientos se agotan al mismo tiempo que se deteriora el paisaje. Tampoco les interesaba, ya que eran de capital extranjero la mayor parte de aquellas empresas. Esto nos explica, en cierto modo, el paisaje que hemos venido viendo y seguimos viendo al pasar Cherín hacia Ugijar, un auténtico DESIERTO. Señores ojito con la tala de árboles, donde los haya que aquí casi no nos quedan.

Comenzamos a ascender rápidamente y en algunos lugares comprobamos que en las zonas de umbría encontramos más vegetación. En poco tiempo llegaremos al pueblo de Válor, estaremos por encima de los mil metros de altitud ya con unas vistas hacia el Sur que pueden impresionar. Veremos un pueblo típicamente alpujarreño: casas cubiculares, encaladas, que parecen apiladas unas sobre otras, chimeneas trococónicas, callejuelas estrechas y muy empinadas. 
Encontraremos en La Alpujarra cómo las gentes se han ido adaptando al medio, y no el medio a la gente.
Avanzamos dirección a Mecina Bombarón (¡vaya nombre!), y llegamos a uno de los pueblos que han hecho que esta comarca sea tan visitada y tan conocida en el extranjero: Yegen. Es el pueblo de don Geraldo, GERALD BRENAN. (Leáse o veáse Al Sur de Granada). Tras Yegen cruzamos Mecina Bombarón en plenas fiestas, OLE (expresión que podría venir del árabe, cuando los musulmanes de Al-andalus se sorprendían y gritaban Alah, ¿cuántas veces no hemos dicho nosotros lo mismo?. Estamos a finales de Septiembre, y nos cuesta cruzar el pequeño pueblo por los furgones y camiones de feriantes y vendedores ambulantes que colapsan el pueblo.

En alrededor de hora y cuarto desde la costa de Almería nos plantamos en la puerta del complejo rural El Cercado, un lugar inmejorable, donde Sierra Nevada adquiere un gran valor ecológico como Parque Natural y Parque Nacional. Hemos pasado de los 28 grados a los 16... ¡Gracias a Dios o a Alah! Y me encanta todo, la temperatura, el aire, la naturaleza, las vistas, etc. Hay que decir que si continúamos la carretera llegaremos a Alcútar, que pertenece a Bérchules.

Se acerca la hora de cenar y decidimos coger el coche para subir a Los Bérchules, dejamos el coche en la plaza de la iglesia, por cierto os habréis dado cuenta que las iglesias de estos pueblos parecen catedrales. Sus dimensiones son desproporcionadas para la escasa población que habita en estos lugares. Su explicación la encontramos en el siglo XVI, cuando se construyen originariamente todas ellas, momentos de dificil convivencia debido a los choques de culturas entre cristianos viejos o castellanos y los temidos moriscos (descendientes de musulmanes, convertidos a la religión cristiana). El intento de convencer a estos "infieles" hace que se construyan grandes templos cristianos sobre los solares de las pequeñas y viejas mezquitas... Una pena, ¿no?
Bueno a lo que íbamos, que ya suenan las tripas, nos han hablado de un bar que vende pizza y hamburguesas -¿en la alpujarra? ¿si? -pues allá que vamos... Está cerrado, ¡vaya por dios que pena! Así que vemos al lado, en la plaza de la farmacia, el bar Vaquero (quiero recordar) y entramos. Deciros que no me causó buena impresión al verlo, pero al entrar y ver una pareja sentados en la barra viendo el telediario (que eran los dueños) y el buen trato que nos dio aquella señora, sin duda cuando volvamos al pueblo ¡repetiremos! Teníamos hambre, la verdad, pero pedimos unas raciones (bueno medias) de queso, panceta adobada y pechuga que resultaron ser algo así como 18 montaditos ¡¡¡para dos personas!!! Cuatro vinos o seis vinos de la tierra, no me acuerdo, sería el vino. Muy rico pero fuertecillo... Un vino duro, al igual que deben ser las gentes alpujarreñas. TOTAL: no llegó a 18€. Comimos en abundancia y de lujo, lo juro (es díficil que yo me llene, todo el que me conoce da fe de ello) y por nada de dinero. 

A la mañana siguiente decidimos ir a buscar la cueva donde se escondió el último rey de los moriscos -Aben Aboo- nos situamos en plena Sublevación de los Moriscos o Guerra de las Alpujarras. Los moriscos, "pueblo" cuyos derechos y privilegios se fueron recortando por los reyes españoles a fin de conseguir una homogeneidad que era y es imposible debido a la gran diversidad que hemos tenido y seguimos teniendo en España. Bueno, el caso es que esos moriscos de la alpujarra, no tuvieron mejor idea que la noche del 24 de Diciembre de 1568 levantarse en armas, pensaron que los cristianos de las alpujarras no estarían haciendo nada especial esa noche... Este es el comienzo de esta sublevacion, que se alargaría hasta que hacia 1571 fueran reducidos, como los romanos con los galos, en una de las zonas más altas de la comarca. Caminando llegamos en una horita al "Tajo de los Reyes", donde dicen se encuentran las huellas que dejó un caballo, con un rey subido en él, al despeñarse. Y por supuesto la cueva donde se refugió aquel líder morisco, que por cierto era primo de Aben Humeya (Ibn Umayya o descendiente de los Omeyas) para los cristianos, Don Fernando de Córdoba y de Válor. ¡Nada menos! 
Tajo de los Reyes
Misión cumplida. Las nubes nos empiezan a rodear, decidimos darnos la vuelta porque empiezan a caer unas gotitas y el cielo toma un color gris oscuro que no nos gusta un pelo. Me vienen a la memoria una frase que nos ha dicho el dueño del Hotel Rural Los Bérchules, donde hemos desayunado por la mañana, "No hagáis ninguna tontería, que la montaña en este tiempo de tormentas es muy peligrosa". En cuanto se empezó a torcer un poco el día nos dimos la vuelta y rápidamente regresamos a nuestro hotel, donde mientras comíamos un buen plato alpujarreño (compuesto por chorizo o longaniza, huevo frito, morcilla, patatas pimiento y, por supuesto, jamón... Plato light donde los haya), vimos caer esa gran tromba de agua que se presagiaba. 
Asique sin poder completar el sendero Junta de los Rios, nos tuvimos que dar la vuelta, dejándonos cosas por ver... ¡Qué es la mejor manera de tener que regresar!